jueves, 7 de junio de 2007

A la orilla de la chimenea

Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual
que los labios que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres tambien
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien, tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino...
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor
para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir
-"toma mi direccion cuando te hartes de amores baratos
de un rato... me llamas".-
Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu "ven",
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío...
o tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.
y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe
tu noche y tu día.
Tu rencor, tu por qué, tu agonía...
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
Joaquin Sabina

2 comentarios:

Anónimo dijo...

puedo ponerme digno y decir: "toma mi dirección y cuando te canses de amores baratos de un rato... me llamas". para q decir más, esta frase me basta.

ESTEM dijo...

esa sombra que se se aleja va y viene como el viento, esa sombra que se ve y se nubla en mi pensamiento, esa sombra que se fue y que ya no siento, pero a la que veo cada noche en mis sueños.

besos